Centenares de millones de personas en todo el mundo tienen un puesto de trabajo en una oficina. Muchos de ellos están insatisfechos con las condiciones climáticas. La razón más común son las quejas sobre el confort térmico y la calidad del aire interior.
En general, el técnico en medición debe llegar a la raíz del problema; por lo que afronta el reto de evaluar de manera objetiva las sensaciones térmicas de los empleados con el fin de determinar si las quejas están justificadas y, dado el caso, localizar las causas y eliminarlas. No hay duda de que las protestas deben tomarse en serio desde un punto de vista económico, ya que el rendimiento de los empleados está directamente relacionado con las condiciones ambientales en el lugar de trabajo.
Esta guía práctica está diseñada para servir de apoyo a los responsables de las condiciones ambientales y sugiere maneras de cómo proceder en caso de quejas para evaluar con objetividad las apreciaciones subjetivas del nivel de confort.
El confort térmico influye de forma significativa en el rendimiento físico y mental.
La sensación de calor del ser humano depende principalmente del equilibrio térmico (balance térmico) del cuerpo. Este equilibrio se ve afectado por la actividad física y la ropa, así como por los parámetros de las condiciones ambientales. Estas son:
El confort térmico se produce cuando una persona se siente térmicamente neutral. Esto sucede cuando siente como agradables los parámetros climáticos (temperatura, humedad, corrientes y la radiación térmica) de su entorno. No se desea ni un aire ambiente ni más caliente ni más frío, ni tampoco más seco ni más húmedo. El tipo de actividad y la ropa también son responsables del nivel de confort térmico.