La termografía es uno de los métodos de diagnóstico más utilizados con este fin.
Una cámara termográfica permite la medición de temperatura a distancia, sin necesidad de contacto físico con el objeto a estudiar, ofreciendo una imagen que representa la distribución de la temperatura superficial del objeto bajo análisis.
Las aplicaciones de la termografía son casi infinitas.
Aquí se destacan las vinculadas con la eficiencia energética:
• Verificación de fugas de calor
• Evaluación de la estructura y la fachada de un edificio
• Detección de puentes térmicos
• Localización de fugas en pisos de losa radiante
• Verificación de ineficiencias en el sistema de climatización
• Detección de filtraciones
• Detección de zonas húmedas y riesgo de formación de moho
• Evaluación de la disipación de calor en componentes eléctricos y electrónicos
• Optimización de consumos energéticos y reducción de costos en procesos productivos
• Evaluación del funcionamiento de sistemas de ventilación
• Reducción de costos de mantenimiento
• Aseguramiento de la disponibilidad de los sistemas
• Anomalías en el aislamiento de cámaras frigoríficas
• Detección de sobrecargas eléctricas
• Diagnóstico de paneles solares